Cuando
uno estudia los Evangelios del Cristo, viene a darse cuenta,
realmente, de que el SEÑOR DE PERFECCIONES quiere que
nosotros nos liberemos. Veamos "LAS BIENAVENTURANZAS",
por ejemplo, que son SOLARES en un ciento por ciento, no LUNARES.
Comienzan "Las Bienaventuranzas" enseñándonos
la NO-IDENTIFICACIÓN. "Bienaventurados (dice el
Señor de Perfecciones) los "Pobres de Espíritu,
porque de ellos es el Reino de los Cielos"... Pues bien,
¿quiénes son los "Pobres de Espíritu"?.
¿No se les ha ocurrido a ustedes pensarlo?. Un hombre
que está identificado con el dinero, con sus pleitos,
con sus negocios, etc., ¿es acaso "Pobre de Espíritu"?.
Un hombre que está identificado consigo mismo, que
está lleno de imágenes de sí mismo, que
se siente grande, poderoso, sublime, inefable, etc., etc.,
¿es acaso "Pobre de Espíritu"?. ¡Es
obvio que no!. El que está lleno de sí mismo,
no ha dejado un puestecito para Dios; entonces no es "Pobre
de Espíritu"?. ¿Y cómo podría
ser "Bienaventurado"?.
Tomemos
el orgullo, por ejemplo. No es solamente orgulloso el que
tiene dinero, no es solamente orgulloso el que pertenece a
una familia muy "popoff" (como se dice); no es solamente
orgulloso el que tiene un flamante automóvil y que
se siente feliz con él; hay otro orgullo. Quiero referirme,
en forma clara, al ORGULLO MÍSTICO.
Algunas
Escuelas de tipo pseudo-esotérico y pseudo-ocultista,
dicen: "Mediante la ley de la Evolución, algún
día nosotros llegaremos a ser Dioses Inefables. El
hombre está llamado a convertirse en un Dios".
Claro, enseñanzas así lo conducen a uno al ORGULLO
MÍSTICO, al ENGREIMIENTO ESPIRITUAL, a la MITOMANÍA,
porque el hombre, aunque sea muy perfecto, en realidad, aunque
llegue a ser un Boddhisattwa, no es más que eso: un
hombre.
Dios
es el Padre que está en secreto, sólo él
es Dios. El Padre puede tomar al hombre (si es muy perfecto,
si es un Boddhisattwa), ponerlo en su mente, en su corazón,
o ponerlo a trabajar fuera de sí mismo (en algún
lugar), para que haga algo, pero que ese hombre, ese "mequetrefe"
se sienta siendo Dios, eso es MITOMANÍA de la peor
clase, del peor gusto. Los hombres somos hombres y nada más
que eso: hombres. Dios es Dios, pero nosotros los hombres
somos hombres. El que se siente muy sabio porque tiene algunos
conocimientos de pseudo-esoterismo o de pseudo-ocultismo (aquí,
en la mente) y piensa que ya es un gran Iniciado, etc., etc.,
etc., ha caído en la MITOMANÍA, está
muy lleno de sí mismo.
Cada
uno de nosotros no es más que un vil gusano del lodo
de la tierra. Cuando digo así, empiezo por mi, que
me considero eso y nada más que eso: un vil gusano
del lodo del mundo.
Dios
es Dios, pero eso es él (¡allá él!).
Nosotros no somos Dioses; somos, simplemente, viles gusanos
de la tierra, y creernos Dioses es un absurdo, o creernos
sabios.
Así
que, en realidad, de verdad, mis queridos amigos, estar llenos
de sí mismos, tener falsas imágenes de sí
mismos, fantasías de sí mismos, no es ser "Pobres
de Espíritu"...
Cuando
uno reconoce su propia nadidad y miseria interior, cuando
no se siente tan "sublime", ni tan "Dios",
ni tan "sabio"; cuando comprende que es un pecador
como cualquier otro, entonces ya no está lleno de sí
mismo y será "Bienaventurado". Pero, ¿qué
es eso de ser "Bienaventurado"?. Muchos piensan
que serán "Bienaventurados" el día
que se mueran y se vayan allá arriba, a gozar de la
dicha celestial, "con los Angelitos". ¡No,
ese es un concepto falso!. "Bienaventurado" significa
"FELICIDAD", que "SERÁ FELIZ".
¿Dónde? ¡Aquí y ahora...! ¿Qué
entrará al "Reino de los Cielos"?. ¡Correcto!.
(Que entre en el "Reino de los Cielos", pero ¿dónde
está el "Reino de los Cielos", en qué
lugar del Universo está?. Seamos sinceros consigo mismos:
el "Reino de los Cielos" está formado por
el CÍRCULO CONSCIENTE DE LA HUMANIDAD SOLAR, que opera
sobre los Centros Superiores del Ser (ese es el "Reino
de los Cielos"). Así, pues, seamos prácticos
y comprendamos todo ésto. Así debemos actuar...
Así,
pues, el Evangelio del Señor comienza por enseñarnos
la NO-IDENTIFICACIÓN. Uno se identifica, consigo mismo,
pensando que va a tener mucho dinero, un lindo automóvil
último modelo, o que la novia lo quiere, o que va a
conseguir una gran fortuna, o que es un gran señor,
o que es un gran sabio (hay muchas formas de identificarse
consigo mismo).
Uno
tiene que empezar por no identificarse consigo mismo y después
no identificarse con las cosas de afuera. Cuando uno no se
identifica, por ejemplo con un insultador, lo perdona, lo
ama, no puede herirlo. Y si alguien le hiere a uno el amor
propio, pero no se identifica con el amor propio, pues es
claro que no puede sentir dolor ninguno, puesto que no le
duele. Y si no se identifica uno con su vanidad, no le importa
andar por la calle aunque sea con unos calzones remendados.
¿Por qué?. Porque no está identificado
con la vanidad. Sí, primero que todo, no debemos identificarnos
consigo mismos, y luego no identificarnos con las vanidades
del mundo exterior.
Cuando
uno no se identifica consigo mismo, puede perdonar. Recordemos
la Oración del Señor: "Perdónanos
nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros
deudores"... Yo digo algo más: no basta simplemente
perdonar, hay que CANCELAR LAS DEUDAS, y eso es todo. Alguien
podría perdonar a un enemigo, pero no cancelaría
las deudas jamás. Hay que ser sinceros, necesitamos
CANCELAR, y ese es el sentido, o el fondo de aquélla
frase que dice: Perdónanos nuestras deudas, así
como nosotros perdonamos a nuestros deudores"...
Mientras
uno se identifica consigo mismo, no puede perdonar a nadie.
A uno le duele que le insulten, a uno le duele que lo humillen,
a uno le duele que lo menosprecien. ¿Por qué?.
Porque tiene el "YO" del orgullo, tiene el "YO"
del amor propio allá adentro (bien revivo), y mientras
uno tenga el "YO" del amor propio, pues le duele
que otro le hiera ese amor propio.
Así,
pues, si no nos identificamos, entonces nos es fácil
perdonar. Y aún más,
digo: CANCELAR LAS DEUDAS, que es lo mejor...
Dice
también el Evangelio del Señor: "Bienaventurados
los mansos, porque ellos recibirán la Tierra por heredad"...
(ésta es otra cosa que nadie ha entendido). "Bienaventurados
(dijéramos) los NO-RESENTIDOS, porque si uno está
resentido, ¿cómo puede ser "manso"?.
El resentido se la pasa HACIENDO CUENTAS: "¡Ah,
pero yo que le hice tantos y tantos favores a este individuo;
que yo, yo, yo y yo que lo protegí, que le hice tantas
obras de caridad y vean cómo me ha pagado!" ."¡Ah,
este amigo que tanto le serví, y ahora no es capaz
de servirme...!
El
Evangelio del Señor, cuando dice "Bienaventurados
los mansos, porque ellos recibirán la Tierra por heredad",
debe traducirse: "Bienaventurados los NO-RESENTIDOS".
¿Cómo podría ser uno "manso",
si está lleno de resentimientos?. El que está
lleno de resentimientos, vive haciendo CUENTAS a todas horas
(luego, no es "manso"). Entonces, ¿cómo
podría ser "Bienaventuurado"?. ¿Y
qué se entiende por "Bienaventurado"?. Se
entiende LA FELICIDAD.
¿Están
seguros, ustedes, de que son felices?. ¿Quién
es feliz?. He conocido gentes que dicen: "Yo soy feliz,
yo estoy contento con mi vida, yo soy dichoso"... Pero
a esos mismos, les he oído decir: "Me molesta
fulano de tal", o "aquél tipo me cae gordo",
o "no se por qué se me hace esto, que tanto he
detestado"... Entonces, no son felices. Realmente, lo
que sucede es que son HIPÓCRITAS; eso es todo.
Ser
feliz, es muy difícil; se necesita, antes que todo,
ser "manso". La palabra "Bienaventuranza"
significa FELICIDAD ÍNTIMA, no dentro de mil años,
sino ahora, aquí mismo, en el instante que estamos
viviendo.
Si
nosotros verdaderamente nos tornáramos "mansos",
mediante la NO-IDENTIFICACIÓN, entonces llegaríamos
a ser felices. Pero no solamente debemos no-identificarnos
con nuestros pensamientos de lujuria, de odio, de venganza,
de rencor o de resentimientos; no, hay que eliminar de nosotros
a los "DEMONIOS ROJOS DE SETH", a esos "agregados
psíquicos" que personifican a nuestros defectos
de tipo psicológico. Tenemos que comprender, por ejemplo,
lo que es el proceso de resentimiento; hay que hacerle la
disección al resentimiento. Cuando uno llega a la conclusión
de que el resentimiento se debe a que poseemos en nuestro
interior el amor propio, entonces luchamos por eliminar el
ego del amor propio, el "YO" del amor propio. Pero
hay que comprenderlo, para poderlo eliminar. No podríamos
eliminarlo, si antes no lo hemos comprendido.
Si,
mis queridos hermanos: para poder eliminar, se necesita apelar
a DEVI-KUNDALINI SHAKTI; sólo ella puede desintegrar
cualquier defecto psicológico, incluyendo al "YO"
del amor propio.
¿Están
ustedes seguros no de estar resentidos?. ¿Quién
de ustedes está seguro de no estar HACIENDO CUENTAS?.
¿Cuál?. Pues esto que les digo a ustedes, es
de tipo lunar. ¡Vean ustedes cómo llevamos la
Luna en la médula de los huesos!, y si nosotros queremos
independizarnos de la mecánica lunar, tenemos que eliminar
(de nosotros mismos) el "YO" del resentimiento,
el "YO" del amor propio, porque escrito está:
"Bienaventurados los mansos" (es decir, los "NO-RESENTIDOS"),
"porque ellos recibirán la Tierra por heredad"...
Todo
esto hay que entenderlo, mis caros hermanos, entenderlo con
toda claridad meridiana. Cuando uno va entendiendo esto, avanza
en el camino que conduce a la liberación final.
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